Los dulces nos alegran la vida en cualquier momento del día. Siempre que he entrado a una pastelería he visto a la gente contenta, es un negocio que transmite alegría. Algunos vienen haciéndolo toda la vida, como es el caso de la confitería “La Epifania” de Ibros, un negocio familiar que lleva más de cien años elaborando un rico surtido de dulces, pasteles y tartas de frutas.

Antonio Epifanio Gámez y su esposa Mari Carmen Cabrero regentan esta pastelería en la calle Alameda de Ibros, la tercera generación de un negocio familiar, centenario, iniciado por los abuelos de Antonio Epifanio a comienzos del año 1920. Un siglo de historia en la tradición de la repostería de Ibros y de la provincia de Jaén.

Fue a principios de la década de los años veinte del siglo pasado cuando su abuelo, Epifanio Martos Jiménez, fundó la confitería que, además, era buñolería en la plaza de la Iglesia de Ibros. La abuela de Antonio Epifanio empezó en la buñolería a hacer los primeros dulces de crocante y puritos berea. “Mi abuela tenía gracia para los dulces y los primeros que hizo tuvieron mucha aceptación en el pueblo”, nos cuenta su nieto.  Después de la guerra civil española, sus abuelos se extendieron en el negocio de la confitería y empezaron a producir más variedad de dulces y pasteles que eran muy demandados en el pueblo. Continuó con el negocio su tía Pepa y su madre, Lorenza Martos, quien, junto a su familia, se hizo cargo de la pastelería de la plaza del Ayuntamiento, vigente en este lugar hasta el año 2008.

Del obrador salían los dulces más conocidos y apetecidos por sus clientes y que hoy siguen presentes como son “El alpargate”, una torta de bizcocho muy suave con una fina capa de azúcar lustre. La empanadilla de aceite de oliva con cabello de ángel en su interior, el dulce típico de Ibros.  Las tartas de frutas, y el dulce estrella de la casa, el petisú de crema, un delicioso pastel elaborado con una suave masa de buñuelo, relleno de crema pastelera. El petisú lleva más de 80 años endulzando los paladares de ibreños y vecinos de la comarca, un pastelito muy solicitado que se ha ganado su reconocimiento y prestigio a lo largo del tiempo.

Hace unos años, la familia Gámez Cabrero abrió una cafetería y pastelería en la céntrica Avenida de Andalucía, lugar donde han prestado su servicio al público hasta el año pasado que fue traspasada.  Pese a ello, en este local, se siguen ofreciendo los dulces que hace “La Epifania”.  “No pueden pasar sin los petisús. Es un dulce que muchos clientes piden para el café e incluso para acompañar el cubalibre”, -nos cuenta Epifanio-

Actualmente la pastelería atiende en la calle de la Alameda, cercano al paseo de Santa Margarita, lugar donde tienen el obrador.  Su clientela es, preferentemente, del pueblo, aunque también acuden clientes de los pueblos y ciudades limítrofes de Baeza, Begíjar, Lupión y Linares.

Mari Carmen Cabrero

-¿Dónde está el éxito de la confitería para que perdure tanto en el tiempo?

-El éxito está en la calidad de la materia prima. La base de nuestra Confitería es la crema, una crema que hacemos natural y de manera artesanal para todos los dulces y también en la masa del bizcocho que hacemos.

-¿Cómo veis este tiempo, se consumen ahora más dulces que antes?

-Antes se consumían más dulces, era casi a diario. Ahora está la cosa floja, son los fines de semana cuando la gente más compra. Date cuenta que el dulce es un artículo de lujo, antes que el dulce hay que comer.  Cuando empezaron mis abuelos en este negocio, en Ibros era la única pastelería que había. Entonces las bodas se celebraban con dulces, era el plato esencial. También cuando llegaba la festividad de San Juan o San José se vendían muchas tartas.

-¿Las clásicas tartas de merengue son todavía muy especiales y demandadas por los clientes?

-Aunque ahora las tartas que más nos piden son de chocolate, nata, moka etc., todavía nos siguen pidiendo las tartas como las antiguas de merengue que hacíamos antes, con almíbar por dentro, con su crema, y el bizcocho con almendras calado en un jarabe que hacemos de una antigua receta de mi abuela.

Los dulces típicos de la Epifania han traspasado la frontera provincial.

Para fuera de España se han llevado dulces, para Estados Unidos, y en Navidad enviamos encargos a familias de ibreños que viven en Barcelona, Madrid. Especialmente nos encargan empanadas y pericones.

La Confitería de “La Epifania” posiblemente no tenga continuidad en otra generación en la familia Gámez Cabrero ya que, según nos cuenta el matrimonio, sus hijas no quieren seguir con el negocio de la repostería y, cuando llegue el momento, tendrán que traspasarlo. Mientras tanto, el matrimonio sigue trabajando cada día y en estos días previos a la feria de La Remediadora, del 2 al 5 de mayo, son jornadas de mucho trajín en el obrador de la confitería en la elaboración de los dulces y pasteles típicos que, estos días de Fiesta, los vecinos agradecen tener en su mesa: pericones, alpargates, empanadillas, dulces de cabello de ángel, tartas y, sobre todo, los petisús.

Petisús recién horneados

 

 

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Rafael Espadas

Editor

Por Rafael Espadas

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