Teresa López-Obregón y su equipo

La iglesia parroquial de San Pedro y San Pablo de Ibros está llevando a cabo la restauración de las pinturas murales de la bóveda del presbiterio, de gran valor artístico y religioso del siglo XVIII. La obra está siendo restaurada por Teresa López-obregón Silvestre y su equipo. El presupuesto es de 27.000 euros, de los cuales 5.000 euros es asumido por el Obispado de Jaén, 12.000 euros aporta el Ayuntamiento de Ibros, en dos partes, la mitad este año y el resto el año próximo. Para completar el presupuesto se está buscando otras vías de financiación -según nos cuenta el párroco Juan Antonio Marín Linares-, también con la venta de lotería de Navidad y los donativos de los fieles, aunque hasta ahora, en un mes de campaña, no se ha conseguido la cantidad presupuestada.

Teresa López-obregón, natural de Baeza, es licenciada en bellas artes, especialista en restauración, cuenta con una dilatada carrera como restauradora en distintos monumentos de la provincia. En Jaén capital sus restauraciones más recientes fueron, el pasado verano, en los Baños Arabes y en la iglesia de San Andrés. Con anterioridad a la obra de Ibros trabajó en Egipto, en un proyecto de la Universidad de Jaén donde viene colaborando desde hace años en las excavaciones de una necrópolis en la isla de Elefantina, cercana a la ciudad de Asuán.

Nos cuenta la restauradora que los trabajos de restauración de las pinturas en la cúpula se están llevando a buen ritmo, “una pintura en una cúpula es un trabajo siempre complicado, tanto para el pintor como para el restaurador”. La restauración de la cúpula devolverá toda la luminosidad y esplendor original que el autor plasmó en su obra de la Santísima Trinidad y la Coronación de la Virgen. Aunque, desgraciadamente, las filtraciones de agua de la cubierta causaron el mayor deterioro en dos de las pechinas, irrecuperables, que representan a dos evangelistas.

-¿En qué consiste la restauración que están llevando a cabo?

-Lo que hemos empezado, en la primera fase, es la limpieza de las pinturas y la eliminación de los repintes. Esta cúpula fue restaurada en el año 1962. En esa intervención se repintaron las pechinas de la cúpula, imitando el dibujo subyacente y también le dieron una capa de barniz. Los barnices no se dan a las pinturas murales porque una pintura mural debe transpirar, los barnices son impermeables, mucho del deterioro provocado ha sido a consecuencia por el barniz, muy óxido, que ha oscurecido los colores.

-¿Se va a recuperar totalmente todo el mural?

-Hay dos pechinas que son irrecuperables. Cuando en una pintura no tienes documentos, no hay fotografías de cómo realmente eran, cómo las consiguió el artista, no se inventan. La restauración es la conservación de lo que tienes y procurar que una laguna de un tamaño excesivo no te llame la atención cuando ves la obra en su conjunto.

-¿Qué impresión tiene de las pinturas?

Me han sorprendido, porque desde abajo se veían, cuando hicimos el proyecto, unas pinturas de calidad, pero son, realmente, espectaculares; tienen unas luces, unos azules, lo que antes era verde ahora es azul, de rojos intensos, blancos muy limpios, son colores preciosos.

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-¿No se conoce el autor de las pinturas, ha aparecido el nombre?

Por ahora no aparece, y es raro. Nos queda por limpiar las cuatro pechinas. Están casi perdidas por las filtraciones que tuvo la cubierta. Las otras dos del fondo si se conservan enteras.

-¿Se comentaba que pudiera ser el autor un discípulo de Velázquez?

-Eso es muy aventurado. Pienso que con lo que se tiene que quedar el espectador es con la calidad, independientemente del nombre del autor, porque de hecho hay autores de mucho renombre que también tenían obras de regular calidad. Estas son unas pinturas magníficas, tanto de factura como de técnica de ejecución, lo del nombre, sí sería bonito que apareciera, pero, bueno, no es tan importante.

-¿La época si la podemos situar?

-La época sí, es del siglo XVIII. La estética y el estilo de las pinturas corresponde con su época, un temple seco, un temple a la cal, la técnica de ejecución sobre un mortero de cal.

-¿En cuánto tiempo terminará la restauración?

-Creo que vamos a cumplir el plazo de ejecución, 2 meses y medio. El ritmo va bien. Seguramente, para mediados o finales de febrero terminaremos, llevamos trabajando un mes. De hecho, la cúpula ya está limpia entera. Nos queda por limpiar las pechinas. La cúpula está limpia y la reintegración del soporte, que son los volúmenes que faltaban, desconchones, bordes de molduras que faltaban, fragmentos de soporte por golpes, por desgaste, ya está recuperado. De la cúpula, realmente, nos quedaría la reintegración cromática, que es dar color exclusivamente en las zonas donde falta.

-¿Qué destacaría del templo de Ibros, a nivel artístico?

-A mí me parece que la cúpula, es una maravilla, pero también hay cosas muy bonitas. Los dos lienzos de pintura de la capilla de la Virgen de los Dolores son muy bonitos. También los retablos, la imagen de San José es muy bonita. Hay obras con distintos estilos y épocas. En cuestión de arte, una obra no tiene que ser de buena calidad por ser antigua, ni una obra moderna mala. Una cosa es la antigüedad y otra la calidad. En definitiva, la parroquia de Ibros me parece una iglesia bonita, acogedora y cuidada.

 

 

Rafael Espadas

Editor

Por Rafael Espadas

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